Aunque hay quienes pretenden negar esta realidad, las cifras son elocuentes: 976 mujeresasesinadas

Uno de los principales desafíos a los que se enfrenta nuestra democracia es la erradicación

de la violencia machista.

España fue pionera en el mundo al dotarse de una legislación

específica para combatir la violencia estructural que sufren las mujeres por el único hecho

de serlo, a través de la Ley de Medidas de Protección contra la Violencia de Género,

aprobada en 2004, que situó a nuestro país en la vanguardia de la lucha contra la violencia

de género.

Aunque hemos avanzado en sensibilización, visibilización, prevención y respuesta judicial

ante este tipo de delitos, aún queda mucho camino por recorrer. Por ello, en 2017 las

fuerzas políticas aunamos esfuerzos para aprobar un Pacto de Estado contra la Violencia de

Género en el Congreso y en el Senado, que también se ha hecho extensivo a algunas

cámaras territoriales.

Los socialistas y las socialistas fuimos impulsores de este gran acuerdo en la oposición,

fuimos clave para que tuviera dotación presupuestaria y ahora desde el Gobierno le estamos

dando máxima prioridad a su cumplimiento y al desarrollo de sus medidas.

Y aunque hay quienes pretenden negar esta realidad, las cifras son elocuentes: 976 mujeres

asesinadas por violencia de género a manos de sus parejas o ex parejas desde 2003 hasta

2019 y 166.280 (dato CGPJ) denuncias por violencia de género en 2017.

No hace falta mucho más que añadir para tomar conciencia de la dimensión y la profundidad

de la realidad a la que nos enfrentamos y que algunos quieren desfigurar.

Necesitamos

redoblar los esfuerzos de los poderes públicos contra la violencia de género y rechazar con

rotundidad cualquier pronunciamiento que propugne la eliminación o minoración de

medidas de protección de la mujer frente a la violencia machista.